Trastornos alimenticios en niños de 0 a 6 años
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el trastorno de la alimentación inicia en la infancia y la edad más joven en la que se ha reportado el trastorno es de 3 años. La prevalencia de los trastornos de la alimentación en niños de 0 a 6 años es del 2 al 5%. Los factores de riesgo para los trastornos de la alimentación en la infancia incluyen el género (las niñas son más propensas que los niños), la edad (los niños más jóvenes son más propensos que los mayores), la historia familiar de trastornos de la alimentación, la obesidad, los problemas de salud mental, el bajo rendimiento académico y el aislamiento social. Los síntomas de los trastornos de la alimentación en la infancia pueden incluir el rechazo a comer ciertos alimentos, el miedo a aumentar de peso, el uso excesivo de laxantes o diuréticos, los vómitos autoinducidos, el ejercicio excesivo, la obsesión con la comida y el peso, y el estreñimiento crónico.
¿Cómo saber si un niño tiene problemas alimenticios?
Los problemas alimenticios de los niños pueden ser difíciles de detectar. A menudo, los niños no hablarán abiertamente sobre ellos y los padres pueden no estar seguros de si sus hijos están teniendo problemas. Sin embargo, hay algunas señales que indican que un niño puede estar teniendo problemas alimenticios. Si usted cree que su hijo puede estar teniendo problemas alimenticios, lo mejor es hablar con su pediatra o un terapeuta de alimentación infantil.
Algunas señales de que un niño puede estar teniendo problemas alimenticios incluyen:
- Comer en exceso o de forma excesiva – Aunque algunos niños son simplemente más voraces que otros, los niños con problemas alimenticios a menudo comen de forma excesiva o engullen la comida. Pueden comer hasta que se sientan incómodos o comer más de lo que sus cuerpos necesitan. Esto se puede deber a que tienen miedo a no tener suficiente comida o a perder peso.
- Comer en secreto – Los niños con problemas alimenticios a menudo comen en secreto, lo que significa que comen cuando nadie más está mirando. Pueden esconder la comida para comerla más tarde o comer en el baño. También pueden hacer compras ocultas de comida.
- Comer solo – Los niños con problemas alimenticios a menudo comen solo, incluso si están en una habitación llena de otras personas. Pueden comer rápidamente o comer con la cabeza gacha para que nadie más pueda ver lo que están haciendo. También pueden negarse a comer con otros niños o familiares.
- Fijarse en la comida de los demás – Los niños con problemas alimenticios a menudo están obsesionados con la comida de los demás. Pueden estar pendientes de lo que otros niños y adultos están comiendo y cuánto están comiendo. También pueden hacer preguntas constantes sobre la comida, como qué es, cómo se hace y cuánto cuesta.
- Comer de forma ritualizada – Los niños con problemas alimenticios a menudo tienen rituales con la comida. Pueden comer solo ciertos alimentos, comer de un lado del plato primero o masticar la comida una cantidad específica de veces. También pueden lavarse las manos antes o después de comer o limpiar el plato una vez que hayan terminado.
- Pérdida o ganancia de peso repentina – Los niños con problemas alimenticios pueden experimentar una pérdida o ganancia de peso repentina. Pueden hacer dietas extremas o vomitar después de comer para evitar ganar peso. También pueden comer en exceso para ganar peso.
- Cambios en el humor – Los niños con problemas alimenticios a menudo tienen cambios en el humor. Pueden estar irritables, ansiosos o deprimidos. También pueden ser irritables cuando se trata de comida.
- Problemas para concentrarse – Los niños con problemas alimenticios a menudo tienen problemas para concentrarse en las tareas. Pueden tener dificultades para prestar atención en clase o para concentrarse en los juegos. También pueden tener dificultades para dormir.
- Problemas físicos – Los niños con problemas alimenticios a menudo tienen problemas físicos. Pueden tener dolores de estómago o dolores de cabeza. También pueden tener náuseas o vómitos. También pueden tener problemas para respirar o para tragar.
Si usted cree que su hijo puede estar teniendo problemas alimenticios, lo mejor es hablar con su pediatra o un terapeuta de alimentación infantil. Estos profesionales pueden evaluar a su hijo y ayudarlo a encontrar el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son los trastornos alimenticios para niños?
Los trastornos alimentarios afectan a niños de todas las edades, razas y grupos étnicos. Aproximadamente el 2 por ciento de los niños en los Estados Unidos tienen anorexia nerviosa, un trastorno que implica tanto el temor a engordar como una distorsión del cuerpo. La bulimia nerviosa, que se caracteriza por atracones compulsivos seguidos de purgas, afecta al 1 por ciento de los niños. Los niños también pueden padecer trastornos de la alimentación no especificados.
Los síntomas de los trastornos alimentarios en los niños pueden incluir:
- Cambios dramáticos en el peso
- Comer en exceso o dejar de comer
- Obsesión con la comida, el peso y el cuerpo
- Comer en secreto
- Rigor en la alimentación y ejercicio
- Baja autoestima
- Sentirse mal después de comer
- Cambios de humor
- Problemas de sueño
- Fatiga
Los niños con trastornos alimentarios necesitan tratamiento de inmediato. Si no se les trata, los trastornos alimentarios pueden llevar a complicaciones graves, incluso la muerte. El tratamiento puede incluir psicoterapia, medicamentos y, en algunos casos, hospitalización.
¿Qué edad es la más común en los trastornos alimenticios?
Según un estudio realizado en 2017, la edad más común para los trastornos alimenticios es entre los 12 y los 25 años. Los adolescentes y los jóvenes adultos son más propensos a desarrollar un trastorno alimenticio que cualquier otro grupo de edad. Los factores que pueden influir en el desarrollo de un trastorno alimenticio incluyen la presión social, los problemas emocionales, la falta de autoestima y los problemas familiares.
De acuerdo con varios estudios, los trastornos alimenticios son relativamente raros en niños de 0 a 6 años. Sin embargo, cuando ocurren, pueden ser muy graves. Los síntomas más comunes de los trastornos alimenticios en niños de esta edad son la pérdida de peso, el rechazo a comer ciertos alimentos y la obsesión con la comida. Si sospecha que su hijo puede tener un trastorno alimenticio, consulte a un médico de inmediato.