El cuerpo habla lo que la boca calla
A través de nuestro cuerpo expresamos mucho más de lo que podemos decir con palabras. Nuestra postura, nuestros gestos y nuestra mirada delatan lo que realmente sentimos. A veces, cuando no queremos revelar lo que pensamos, tratamos de ocultar nuestras verdaderas emociones detrás de una máscara de indiferencia o de una sonrisa forzada. Sin embargo, nuestro cuerpo siempre termina delatándonos.
¿Qué significa el cuerpo grita lo que la boca calla?
El dicho “el cuerpo grita lo que la boca calla” hace referencia a la idea de que nuestros cuerpos pueden delatar lo que nuestras mentes tratan de ocultar. A veces, nuestros cuerpos reaccionarán de maneras que denotan nerviosismo, estrés o inseguridad, incluso si estamos tratando de tapar esos sentimientos. Esto puede ser especialmente evidente en situaciones sociales, donde podemos sentirnos nerviosos o inseguros, pero tratamos de mantener una fachada de calma y confianza. Sin embargo, nuestros cuerpos a menudo “gritarán” lo que realmente estamos sintiendo, a través de gestos, expresiones faciales y otros indicadores no verbales.
¿Cuando uno calla el cuerpo habla?
Nuestro cuerpo está compuesto por un sistema nervioso muy complejo que nos permite estar en constante comunicación, tanto consciente como inconscientemente. A través de nuestro cuerpo expresamos nuestras emociones, estados de ánimo, necesidades y deseos.
A veces, cuando estamos tristes, enojados o nerviosos, nuestro cuerpo puede reaccionar de maneras que no siempre son conscientes. Por ejemplo, podemos mordernos el labio, juguetear con el pelo o rascarnos. Estos gestos pueden ser inconscientes, pero a menudo pueden ser muy reveladores de lo que estamos sintiendo.
Otras veces, cuando tratamos de ocultar nuestras verdaderas emociones, nuestro cuerpo puede delatarnos. Por ejemplo, si estamos tratando de disimular nuestro nerviosismo, podemos sudar, tener la respiración acelerada o temblar.
En resumen, nuestro cuerpo puede ser un gran indicador de lo que estamos sintiendo por dentro, incluso si no estamos conscientes de ello. Así que, la próxima vez que te sientas incómodo o trates de ocultar tus verdaderas emociones, presta atención a tu cuerpo, podría estar hablando por ti.
¿Qué sucede cuando callamos?
Nunca es fácil hablar de lo que nos duele, pero cuando callamos, es como si estuviéramos enterrando un cadáver. Y cuanto más tiempo pasa, más fétido se vuelve. Necesitamos exponerlo a la luz, darle aire, dejar que se cure para que podamos sanar nosotros mismos.
A veces, es difícil saber por dónde empezar. Tienes que hacer un esfuerzo consciente para sacarlo. Puede ser muy doloroso, pero vale la pena. Cuando finalmente te atreves a hablar de eso, te sientes como si te hubieras quitado un peso de encima.
Si no te sientes seguro de hablar con alguien de confianza, puedes escribir. Escribe todo lo que te molesta, todo lo que te hace daño. No tienes que mostrárselo a nadie, pero puedes sentirte mejor simplemente expresándolo.
La mayoría de nosotros llevamos a cabo nuestros días con una máscara puesta. Nos cuesta mucho mostrar nuestras verdaderas emociones. Nos resulta más fácil sonreír y decir que todo va bien, incluso cuando no es así.
Pero cuando callamos, es como si estuviéramos enterrando una parte de nosotros mismos. Y cuanto más tiempo pasa, más difícil se vuelve.
No te sientas obligado a hablar de lo que te molesta a todo el mundo. Pero sí es importante que hables con alguien. Deja que alguien sepa cómo te sientes. No te quedes callado.
¿Qué significa que tu cuerpo hable?
Cuando decimos que el cuerpo habla, nos referimos a la forma en que nuestro comportamiento y nuestras acciones pueden comunicar mensajes a los demás, incluso si no estamos conscientes de ello. A menudo, el cuerpo habla más alto y más claro que las palabras, y puede transmitir mensajes que incluso nosotros mismos no queríamos enviar.
Por ejemplo, si estás nervioso o incómodo, es probable que tu cuerpo lo refleje. Puedes cruzar los brazos, juguetear con tus dedos o juguetear con tu ropa. Estos son todos gestos que pueden ser interpretados por los demás como señales de que no estás dispuesto a hablar o que no estás abierto a la conversación.
Otras formas en que el cuerpo puede hablar incluyen la postura, la mirada, el tono de voz y el lenguaje corporal en general. Todos estos aspectos pueden transmitir mensajes a los demás sobre cómo nos sentimos o qué estamos pensando, incluso si no estamos conscientes de ello.
A veces, el cuerpo habla más alto y más claro que las palabras, y puede transmitir mensajes que ni siquiera queríamos enviar.
Es un libro que trata sobre la importancia de la comunicación no verbal.